El sur de Francia, al igual que en España pero en menor medida, fue terreno de olivos y suministro de aceite de oliva virgen extra para Roma.
Esta cultura del cultivo del olivo tan importante para los romanos y la época antigua, ha pervivido desde entonces, cobrando cada vez más importancia y participando en momentos relevantes de la historia de Francia. Un ejemplo de ello se produjo en el año 481 dC. En la coronación del primer rey de Francia, creador de la dinastía Merovingea, Clodoveo I de Francia. Cuando llegó el día de su coronación, no se pudo celebrar, faltaba AOVE para la ceremonia, sin el cual no era posible coronarse. Por tanto, tuvo que retrasarse hasta que consiguieron el sagrado ungüento.
En el año 1739 comenzaron a registrarse por primera vez los olivos en Francia, estimando más de 20 millones los olivos plantados, destacando la evolución desde el mundo romano y la importancia que la cultura francesa brindado al olivo y al AOVE, el cual se encuentra entre los mejores del mundo.
Clodoveo I (en francés Clovis)
Fue el rey de todos los francos del año 481 al 511. Fundó la primera dinastía de reyes de Francia, la dinastía merovingia; fue además el primer rey cristiano. Por estos motivos, en su mayoría los reyes franceses se llamaron “Luis”, forma moderna de “Clodoveo”.