Esa es la principal conclusión obtenida mediante un estudio de investigación realizado que ha tenido en cuenta a las casi 14 mil almazaras distribuidas por todo el planeta, y las 223 plantas de procesado de alpeorujo que existen en los 67 países productores de aceite de oliva.
El estudio que lleva por título Incidencia de los sistemas de eliminación de alperujo mediante biodigestores aeróbicos de residuos orgánicos con biomasa larvaria de insectos en el sector de elaboración de aceite de oliva. Análisis de viabilidad económica, medioambiental y jurídica, ha sido realizado durante los últimos meses por Juan Vilar Consultores Estratégicos, por iniciativa y a petición de la compañía Bioento.
En tal estudio se analiza la actual situación del sector, evolución, y potencial futuro, poniendo de manifiesto la necesidad de mejora competitiva, así como, el sostenible tratamiento de los subproductos, teniendo como objeto la valorización medioambientalmente condescendiente, rentable, eficiente y limpia de los mismos, a través de la transformación de este insumo, el alpeorujo, en proteína y fertilizante ecológico.
A tal fin se usan biodigestores aeróbicos con larvas de mosca soldado negra (hermetia illucens) que procesan el producto, siendo este transformado en fertilizante ecológico y proteína de origen animal, ambos dos productos de elevada demanda y alto valor adquisitivo.
La actual falta de fuente proteica mundial, unido a la expansión de la población, y las crecientes necesidades alimentarias, junto a las más que elevadas necesidades de fertilizante sostenible, lo hacen un negocio atractivo, en pleno crecimiento y estable en el tiempo a medio plazo, además, las fuentes alternativas de producción de los mismos, es decir de fertilizante y proteína, resultan ser más caras, y menos sostenibles, además de desarrollarse en otras latitudes.
Si se tiene en cuenta que la producción mundial de alpeorujo podría rondar, de entre los 17 y 22 millones de toneladas en el ámbito internacional, y que ello generaría a través de la digestión aeróbica un 6 por ciento de larva, y un 25 por ciento de fertilizante ecológico, con un valor conjunto, incluyendo costes de oportunidad, de entre 21 y 27 euros por tonelada, el incremento de renta neta dentro del sector podría llegar a los 600 millones de euros netos, con los consiguientes efectos positivos en la renta de los olivicultores, y del impacto medioambiental. Igualmente ayudaría a concluir el ciclo bioeconómico circular de las plantas de procesado de aceituna y alpeorujo.
Por lo tanto, atendiendo a dicho cálculo y concluyendo, en una almazara media, la generación de ingresos por el tratamiento de alpeorujo mediante digestión aeróbica, suponiendo que la cantidad de alpeorujo producida es de unas 20 mil toneladas, oscilaría de entre 410 mil y 530 mil euros por campaña, mientras que para una planta de procesado de alpeorujo que transformara 100 mil toneladas de producto, le supondría casi 1,2 millones de euros de ingresos adicionales y complementarios.
Es decir, la instauración de sistemas de biodigestión aeróbica de alpeorujo, a las vistas del estudio, se constituye, como un sistema de tratamiento de alpeorujo sostenible, limpio, rentable, y eficiente, además de estar completamente alineado con el ordenamiento jurídico, tanto europeo, como español, en materia de tratamiento, funcionamiento, y uso de outputs producidos, es decir, fertilizante ecológico y proteína de origen animal.