Napoleón Bonaparte, al que se le atribuye la frase de ‘ganarán ejércitos mejor alimentados’ en 1795 ofreció un premio de 12000 francos a quien inventara alguna forma de mantener frescos los alimentos por un largo periodo de tiempo, ya que muchos marineros de sus tropas caían enfermos a causa del escorbuto, por falta de vitamina C debido a que basaban su dieta en alimentos ahumados, salados o fermentados.

Es cuando Nicolas Appert, pastelero y enólogo francés, tuvo la idea de que los alimentos se podían mantener intactos, sin perder sus propiedades nutritivas cerrándolos herméticamente en recipientes de cristal. El método, denominado proceso de appertización,  consistía en cerrar el frasco de cristal con el alimento a conservar con un tapón de corcho e introducirlo en otro recipiente con agua hirviendo a 100ºC el tiempo dependía del alimento a conservar, lo que normalmente conocemos como el baño María. Appeter elaboró un manual titulado “El arte de conservar durante algunos años todas las sustancias vegetales y animales”. Que lo hizo ganador de los 12000 francos.

Fue Peter Durand, 10 años más tarde, el que se quedó con la patente y la modificó, creando así, las latas de conserva, que mas tarde los ingleses Bryan Donkin y John Hall la distribuirían en su fábrica de conservas.

En 1840, el naufragio en Finesterre de un velero francés daría a conocer esta técnica en tierras gallegas que solo recurrían a los métodos de salazón o el ahumado para la conserva de los alimentos.

A inicios del siglo pasado, se comenzó a extender esta técnica, y se cambio, la fritura para la cocion, lo que lo popularizó por el resto de países. A partir de los años 60 se comenzó a usar el aceite de girasol para la conserva en el sur de España y es cuando al ver los buenos resultados que se obtenían con este aceite, decidieron mejorar la técnica, conservando con AOVE, el ‘sumum’ de los aceites utilizados en la elaboración de conservas de pescados y mariscosy que dota  a las conservas de un valor nutricional y saludable inigualable.

En el caso del atún, muchos nutricionistas recomiendan su consumo al natural, solamente hervido, para que no se consuma una mayor cantidad de grasa adicional, pero hacen una reflexión, que si el atún esta conservado en AOVE, incidiendo en que sea Virgen Extra, las propiedades nutricionales combinadas de las conservas resultan ser mucho más beneficiosasy duraderas, además del aporte del exquisito sabor que el e confiere el AOVE.