El Coloso de Rodas, una estatua dedicada al Dios Helios, protector de la ciudad, de 30 metros de altitud, considerada una de las 7 maravillas del mundo antiguo, fue encargada por los rodios al escultor Cares de Lindos, discípulo de Lisipo, pero fue Laques, vecino de la aldea roda de Lindos, el que la finalizó en el 292 a.C.

Esta estatua fue un homenaje a la victoria de los rodios, dirigida por Plotomeo I contra la invasión del ejercito de Demetrio Poliocertes, conquistador de ciudades, quien utilizaba torres de asedio, denominadas Heliópolis con la finalidad de asaltar murallas.

La enorme estatua de bronce, en la cúspide de su brazo alzado, situado al este, señalando la salida del sol, lucía una antorcha de fuego lo que propiciaba que la majestuosa estatua se utilizara como faro. Algunos historiadores vaticinan,  que sobre su cabeza o en interior de esta, en los huecos oculares también incandescían braseros en llamas alimentados, al igual que la antorcha principal, por aceite de oliva.

Existen especulaciones, sobre el combustible que utilizaban para mantenerlos incandescentes, ya que la madera, por aquellos entonces, era escasa en la isla, y la que había, se utilizaba para calentar, cocinar, o fabricar  construcciones navales.

De este modo, la primera forma de electricidad lumínica, fue a través del aceite de oliva procedente de los omnipotentes olivos que abundaban en la antigua Grecia, que serviría para alumbrar la antorcha de la  impetuosa estatua del Coloso de Rodas.

El aceite se colocaba en un candil y un trozo de cuero o piel de animal servía de mecha. Este aceite de oliva que hacia lucir al Coloso de Rodas, poseía inmejorables propiedades para este fin, ya que se quemaba lentamente, no desprendía olores, tenia baja volatilidad y generaba menos humo y cenizas que otros aceites.

Además de un tributo al Dios del Sol y  servir de faro, esta estatua, sirvió como arma de guerra, ante la más temida invasión de Alejandría, en la que, desde el interior de su cabeza, se lanzaban bolas de fuego a los barcos invasores.

Actualmente se ha proyectado la construcción de un nuevo coloso para dominar el mar egeo.