Originario de regiones montañosas como Irán, Turquía y Afganistán, el pistacho es un leñoso que presenta múltiples beneficios, y ya en la antigüedad eran conscientes de ello. Hace miles de años el pistacho era considerado un alimento de la realeza, tal fue así que la reina de Saba, prohibió su cultivo y consumo al pueblo llano.
La reina de Saba, tuvo un reinado caracterizado por el ansia de poder y lujo. El pistacho era símbolo de riqueza y grandiosidad, su nombre proviene de la palabra persa “pisteh”,que significa fortuna, respeto y opulencia. Consideraba el pistacho un alimento tan preciado, que solo dejaba consumirlo a la realeza. Llevó tan lejos su obsesión por el pistacho que impuso castigos a todo aquel que lo consumiera sin ser digno de ello.
Muchos fueron los usos asignados a este fruto, pero el más destacable, podríamos decir, se extiende hasta la actualidad y es su uso en repostería.
El pistacho es rico en potasio y hierro. Alimento muy nutritivo y energético. Contiene gran cantidad de antioxidantes, que contribuye a los procesos antiinflamatorios. Fruto con alto nivel de grasas saludables, proteína y fibra. Ayuda al tránsito intestinal por su aporte de fibra, evita la oxidación del colesterol. Es un buen controlador del azúcar, bajando la carga glucémica en sangre. Es por todos estos beneficios que el pistacho se ha convertido en un elemento clave para una alimentación saludable, y cada día son más los usos asignados.