El Ictíneo fue el primer submarino del mundo propulsado por un motor de vapor su creador Narciso Monturiol, lo inventó entre 1858 y 1859 siendo pionero en la navegación submarina. La finalidad por la que se construyó era la de facilitar la pesca de coral, ya que años atrás, el inventor de este sumergible apreció las dificultades a las que se enfrentaban los pescadores de corales.
Su nombre proviene de la combinación de dos palabras griegas, ichtus que significa pez y naus que significa barco, pezbarco, de ahí su forma de pez, teniendo el propulsor en la cola, aletas para direccionarlo, vejigas natatorias y lastre que ayudan a mantener el equilibrio una vez sumergido. Para evitar consumir todo el oxígeno mientras estaba sumergido se utilizaba una reacción de clorato potásico, zinc y dióxido de manganeso, que producía suficiente calor como para hervir el agua del motor
Este sumergible medía 7 m de eslora, 2.5 m de manga y 3.5 de calado, podía sumergirse hasta dos horas a una profundidad de 20 metros y estaba construido con madera de olivo. Pese a que tenia una capa de dos milímetros de cobre que los recubrían junto con refuerzos de madera de roble, el inventor, aseguraba, que el éxito de su invento se debía a la ingeniería que aplicó y sin duda al material estrella que usó, madera de olivo.
El autor era un enamorado del olivo y del AOVE y como buen inventor, desarrolló la fabricación de jabón con aceite de oliva en frío y creó pienso para conejos a base de madera, reutilizando de esta forma algunos de los subproductos del proceso y del cultivo.
En honor a esta invención, que sin duda revolucionó a la ingeniería naval, hay una réplica del Ictíneo hecha de madera de olivo en el puerto viejo de Barcelona.