El arca de Noé, la embarcación que Yahvé mandó construir a Noé para preservarlo del diluvio universal y repoblar de nuevo la faz de la Tierra, se asentó tras el diluvio  universal en la cima del monte Ararat y fue cuando Noé mandó volar a una paloma y en su segundo vuelo regresó portando una rama de olivo en su pico, y supó Noé entonces, que las aguas de aquel diluvio se habían retirado.

El monte Ararat es el pico de mayor altitud de Armenia, situado cerca de la frontera de Irán y Turquía, se trata de un volcán inactivo cuya cima se encuentra siempre cubierta de nieve.

Existen algunas razones para creer que no fue este lugar donde se aposentó el Arca del Diluvio, ya que el monte, al ser un volcán inactivo no existe evidencia que hubiera estado sumergido bajo agua, ya que no se han encontrado rocas fosilíferas en él, lo que hace pensar que el monte se formó después del diluvio. Además relatos el Génesis se refieren a la zona de Urartu, una zona montañosa ubicada entre el Mar Negro y el Mar Caspio, mucho más al sur del monte Ararat. A esto hay que añadir, que en el monte no se han encontrado restos del arca, pese a los grandes esfuerzos que se han invertido en su búsqueda.

Hay una gran cantidad de evidencias y referencias paganas, judías, cristianas e islámicas que indican que el lugar donde  permaneció el arca de Noé es el monte Judi, situado en el extremo sur de la Cordillera de Urartu, con vistas a las llanuras de la ciudad de Cizre, en la cuenca del rio Tigris.

Entre estas referencias están las del historiador judío del primer siglo Josefo que cita al polihistoriador Berossus, sobre el lugar final de descanso del arca, y coloca el lugar en el reino judío de Adiabense, incluyendo Ninive situado al noroeste de Cizre y el monte Judi, Josefo añade que el arca aterrizó en una tierra donde había mucho amomum, del latín cardomomum, una planta natural de esa zona del mundo que crece en las montañas. Ibn al-Amid, o al Macin, escribió una historia de los sarracenos en el siglo XIII, informó que el emperador bizantino, Heraclio, subió al monte Judi a ver el arca en el siglo VII d.C. después de la batalla de Nínive, donde derrotó a los sasánidas en 610 y conquistó a los persas.

Otras de las razones científicas y lógicas por las que se considera el monte Judi fue el acogedor del Arca, es que la historia del arca bíblica, señala que Noé discernió que las aguas de la inundación, habían retrocedido lo suficiente cuando la paloma regresó con la rama de olivo en su pico, lo que resalta que la ubicación del monte Ararat está situada en una latitud demasiado septentrional para el cultivo del olivo en aquellos tiempos, y ratifica la ubicación del Monte Judi para este hecho, pues los olivos fueron cultivados en las llanuras del Cirze en la antigüedad.