En el entorno del Parque Natural de Sant Llorenç, ubicado en la provincia de Barcelona, se dan encuentro cerca de 14.000 hectáreas en un espacio natural protegido formado por bosques de encinas, pinos y robledales que acuñan cimas rodeadas de murallas rocosas escalonadas, socavadas por abrigos y cuevas, fruto de la ocupación humana que ha albergado este lugar. Fue en la Edad Media cuando empezaron a formarse los primeros asentamientos humanos, prueba de ello son los restos de castillos y torres fortificadas que se construyeron entre los siglos IX -XII, así como numerosas masías, construcciones aisladas, que normalmente estaban ligadas a una explotación agraria y ganadera.
Restos de carboneras, donde se fabricaba el carbón a partir de encinas, hornos para fabricar cal, lagares entre las viñas y alguna que otra almazara aislada son la tradición y la cultura heredada de una payesía que mantuvo sus raíces en todo este espacio protegido.
En uno de los municipios que conforman el parque, Moiá se encuentra la Masiá del Prat de Moiá, el caserío más antiguo del municipio, data del año 939. Pese a que el edificio actual sea obra del siglo XVIII, esta protegido como bien cultural de interés local. El edificio, es fácilmente reconocible, pues es donde se ruedan los spots publicitarios de la Casa Tarradellas, empresa de alimentación española dedicada a la elaboración de pizzas, loncheados y el espectec que desaparece misteriosamente en la masía del Prat de Moiá.
Previo a que la masía fuera una referencia de esta empresa donde se elaboraban pizzas y se degustaba el espectec, ya era conocida siglos atrás, y no por esta gastronomía, sino por el AOVE. Pese a que el cultivo de la viña fue uno de los pilares económicos más importantes en esta comarca durante los siglos XVIII y XIX, así se demuestra con la presencia de lagares en las faldas de la montaña. Con la llegada de la filoxera a finales del siglo XIX, muchas de estas viñas se vieron abandonadas y otras muchas reconvertidas al cultivo del olivar, que ya estaba presente en la zona e introducido varios siglos antes, pero que solo unos atrevidos, eran capaces de obtener AOVE totalmente montañés.
En la foto se aprecian aun los empiedros de origen italiano que molturaban las aceitunas con las que se elaboraba tan preciado AOVE los payeses, generalmente la misma se encontraba ubicada en las bodegas ubicadas en la parte baja de la casa, pero con acceso desde la calle que facilitara el trasiego, de fruto, y posteriormente su conservación a temperatura adecuada y condiciones idóneas.
La Masía del Prat de Moiá, fue una de las referencias de la comarca, pues en ella, se elaboraba un exquisito y delicioso AOVE, fruto del entorno donde crecía y se desarrollaba el cultivo, los lugareños de la zona, escasos, pero arraigados a las buenas tradiciones, deleitaban sus sentidos ante los matices equilibrados del AOVE que se obtenía en la Casa Tarradellas, que antes que pizza y espectec, elaboraba AOVE. Porque como en casa, en ningún sitio.