Salt Spring Island es una de las islas del Golfo en el Estrecho de Georgia entre Columbia Británica continental, Canadá y la isla de Vancouver. Aquí fue donde se produjo el primer asentamiento agrícola de la colonia de la Isla de Vancouver. Los colonos que vivían en Salt Spring Island podían ocupar y mejorar la tierra antes de la comprarla, y se les permitía comprarla a un coste de un dólar por acre una vez demostrasen que la tierra realmente era apta para ser cultivada.
Con poco más de 10.000 habitantes, la isla es conocida por sus artistas y la singularidad de su clima que insta a cultivar productos totalmente ecológicos y locales que se exponen en el mercado agrícola todos los sábados desde abril a octubre de cada año. Vino, frutas, hortalizas, harinas, plantas aromáticas se pueden encontrar en este peculiar mercado, junto con lo que lleva debutando varios años, AOVE autóctono de la Isla.
Este AOVE procede de la explotación agrícola de los Braun, quien, tras una visita por el Sur de España, decidieron llevarse consigo la ilusión de algo que les cautivó, el olivo y su AOVE. Para ello compró en California plantas de la variedad Maurino con la raíz desnuda a fin de evitar problemas en la frontera y comenzó su sueño. En su inicio, plantaron cerca de 1000 olivos en las laderas del Valle de Fulford, las inclemencias del tiempo, con veranos secos e inviernos fríos, hacen que el vigor de la planta no sea desmesurado, unido a la inesperada visita de ciervos que tienen un verdadero festín con los olivos cultivados.
Pese a todo, esta familia, después de cosechar su primera cosecha de aceitunas, decidieron apostar por este sueño sureño ibérico, con lo que plantaron otros 1500 olivos que comparten espacio, con arándanos, uvas, col rizada, ajo y algunos cereales como el trigo diversificando así la actividad.
Hoy en día, estos singulares olivos, cultivados fuera de la zona de confort del Olivar, ya están en producción, obteniéndose de ellos un AOVE excepcional de frutado intenso, equilibrado y connotaciones a almendra verde, alcachofa y hierba recién cortada. La recolección debe de ser temprana, para que las posibles heladas de finales del otoño no afecten a la cosecha que con tanto esmero trabajan y miman estos agricultores, que practican una olivicultura emotiva de origen español pese a las dificultades que conlleva ser un olivarero canadiense.