En el ámbito internacional existen un total de 11,6 millones de hectáreas de olivar distribuidas por 66 países de todo el planeta, y sus productos, aceituna de mesa y aceite de oliva se consumen en todos los países del planeta (198 según la ONU).
Teniendo en cuenta datos del Consejo Oleícola Internacional, existen más de 1.000 variedades de olivos en el planeta, pero solo, algo más de unas 150, se cultivan regularmente para realizar aceituna de mesa, y producir aceite de oliva. De estas, el Consejo estima que unas 140 variedades, cultivadas en esos 66 países, representan aproximadamente el 90 por ciento de la producción mundial de aceituna.
Comportando el restante 10 por ciento, existen una serie de variedades minoritarias que son usadas, generalmente de forma local para producir, tanto aceituna de mesa, o aceite de oliva, y a veces, existe variedades con doble aptitud.
Centrándonos en la localidad valenciana de Genovés, comarca de La Costera, existe una variedad denominada Vilar, con aptitud para la elaboración de aceite de oliva, de productividad media y una elevada resistencia al desprendimiento del fruto, todo ello de acuerdo con el manual Variedades de olivo cultivadas en la comunidad Valenciana, editado por la Generalitat de Valencia.
Se trata de un árbol de gran vigor, porte llorón, y densidad media de copa, con un fruto que se resiste a desprenderse cierta vecería, y un tamaño medio alto, que concluye con un ápice, semejante al caso de la variedad picual.
Generalmente las variedades existían de forma previa a que los humanos les bautizáramos, por lo tanto, esta variedad de olivo que debe su origen a la naturaleza del mismo árbol, recibiese este nombre, debido al lugar donde se encontraba, o a la persona que, aun sin plantarla, ni empezara a cultivarla, reparó en su singularidad identificándola con, posiblemente su propio apellido, o lugar de procedencia, en este caso VILAR, un modo de perdurar en el tiempo, aun después de nuestra obligada y necesaria ausencia, que a todos nos llegará, sin lugar a dudas.